Ahora que soy mayor, conforme avanza esa insignificante aguja que marca los segundos en mi reloj, deseo con todas mi fuerzas volver a ser niña, volver a ser esa niña sin preocupaciones, que pueda enmendar todos y cada uno de mis errores, cuyo único problema sea elegir con que juguete va a ir al colegio, quien va a ser su compañero o compañera de aventuras...simplemente no tener de que preocuparse.
Pero es hora de volver a la realidad, si tuviéramos en nuestras manos el poder de decidir en que momento deseamos de dejar nuestra mente en blanco..¿cuántas cosas perderíamos?
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